A unos 425 kilómetros de La Paz, al norte de PotosÃ, en el árido altiplano florece Pampa Colorada, la gigante feria de autos chutos bautizada como la ‘nueva ChallapataÂ’. El 29 de mayo, unos 600 de ellos internados desde Chile eran ofertados desde $us 1.500.
“¡A ver que se animan a entrar los militares!”, lanza desafiante Felipe R., un chutero que se jacta en afirmar que en cinco ocasiones burló los controles militares para llegar a Pampa Colorada, la ‘meca’ de los autos indocumentados, dentro del municipio potosino de Colquechaca. Allà solo es posible ir a bordo de un motorizado ilegal.
Después del operativo policial-militar Pichay (barrido en quechua), del 9 de octubre de 2012, comandado por la Aduana y que intervino 15 talleres y 60 vehÃculos sin placas que se ofrecÃan en la feria de Challapata, hasta entonces la gran meca de los autos sin papeles, no hubo noticias sobre otra similar; sin embargo, hace tres años los contrabandistas migraron a Pampa Colorada, un recóndito lugar sobre la diagonal Jaime Mendoza, cerca de Macha y Pocoata, a siete horas de Oruro.
AllÃ, el negocio de los chutos aflora los miércoles y sábados cuando la pequeña comunidad de 200 habitantes recibe más de medio millar de coches y otro millar de contrabandistas y compradores que llegan de Santa Cruz, Cochabamba, Chuquisaca y Tarija, según constató La Razón.
En esa zona, el Decreto Supremo 29836 de 2006, que prohÃbe el ingreso de autos con más de cinco años de antigüedad, es perforado cada miércoles y sábado, cuando arriban vehÃculos indocumentados, algunos de ellos todavÃa con placas chilenas.
Felipe R., en cuyo vehÃculo llegó el periodista hasta Pampa Colorada, habla sin tapujos sobre cómo funciona el ilÃcito. “Los militares me chocaron y rasparon este auto al intentar agarrarme, pero pude escapar. Éste lo compré en $us 2.200 y ahora lo venderé en $us 3.000 en la feria”.
Después de un viaje de dos horas desde Llallagua, pasando por UncÃa y Pocoata, se llega a Pampa Colorada, donde los chuteros instalaron una tranca hecha por ellos mismos a un costado de la vÃa.
AllÃ, la oferta y demanda manda toda la jornada. “Este (coche) ha llegado recién de Chile y es modelo 2003. Es un Toyota Fun Cargo y estoy pidiendo $us 2.500”, avisa un joven ante el interés. Ese vehÃculo puede costar en el mercado legal unos $us 6.000.
Entre centenares de vehÃculos, uno queda pequeño. Allà hay vagonetas, jeeps, sedanes de dos y cuatro puertas, coches deportivos, minibuses, camiones montacarga, como el Nissan Atlas modelo 2007 por el que un chutero pide $us 5.700, cuando uno legal cuesta más del doble.