Las protestas en Bolivia de 2019, también llamadas ocasionalmente «Revolución de las Pititas», «Primavera Boliviana», «Crisis postelectoral en Bolivia de 2019», «Primero la Democracia» correspondían a las movilizaciones iniciadas en la noche del 20 de octubre y culminadas el 26 de noviembre , tras la difusión de los resultados del recuento rápido de actas después de la celebración de las elecciones generales de octubre, en las que se situaba al presidente y contendiente en las elecciones Evo Morales cerca de ganar la reelección en la primera vuelta17.
El nombre más aceptado para denominar al conflicto social desatado tras las elecciones generales del 20 de octubre de 2019 es el de Revolución de las Pititas.
La propia presidenta interina Jeanine Áñez utiliza el término durante el saludo protocolar del cuerpo diplomático y los organismos internacionales acreditados en Bolivia de fecha 22 de noviembre de 201922. Un artículo de opinión publicado por el periódico El Deber el 8 de noviembre de 2019, bajo autoría de Alfonso Cortéz, acuña el nombre por primera vez.
El nombre hace alusión a la mofa realizada por parte de Evo Morales en relación a los bloqueos de caminos pacíficos llevados a cabo por parte de los manifestantes movilizados en protesta por el supuesto fraude electoral, mismos que fueron ejecutados con cuerdas atadas a luminarias, vehículos y otros objetos pertenecientes al ornato público. Las cuerdas son comúnmente llamadas "pitas" en Bolivia, siendo su diminutivo "pititas".
El 24 de octubre de 2019, durante una concentración política en Cochabamba, Evo Morales declara:
Me he sorprendido, ahora dos, tres personas amarrando "pititas", poniendo "llantitas", ¿qué paro es ese? (...) Soy capaz de dar talleres, seminario de cómo se hacen las marchas, a ellos para que aprendan.
Las protestas comenzaron con una concentración de manifestantes frente al hotel ex-Radisson de La Paz, donde se estaba realizando el computo de actas. El candidato opositor Carlos Mesa, hizo un llamamiento a sus seguidores a concentrarse, para vigilar que no se produjera fraude electoral, alegando que el tribunal electoral obedecía al interés del Movimiento al Socialismo (MAS) y de Evo Morales para intentar que no se llegara a una segunda vuelta.25
Tras más de 24 horas el Tribunal Supremo Electoral de Bolivia del Órgano Electoral Plurinacional (OEP) actualizó los datos de recuento rápido señalando una estrecha victoria para Morales, quien revalidaría su cargo sin necesidad de segunda vuelta.262728 Partidarios de los dos candidatos con mayores posibilidades para acceder a la presidencia: Evo Morales y Carlos Mesa, se lanzaron a la calle.
Sectores universitarios, miembros de la coalición electoral Comunidad Ciudadana (CC), liderada por Mesa, y partidos de oposición reclamaron una revisión imparcial de los votos, y la dimisión de las autoridades del Órgano Electoral Plurinacional de Bolivia. Pidieron, asimismo, el respeto a la decisión popular manifestada por el Referéndum del 21 de febrero de 2016, donde 51.3 % de los participantes rechazaron que las autoridades sean reelectas dos veces de manera continua y una segunda vuelta electoral.29
Partidos afines al MAS se manifestaron reclamando el respeto al voto, declarándose en «estado de emergencia», llamando a apoyar a ese partido y descartando la segunda vuelta.30
Durante los días de recuento de votos continuaron las protestas y denuncias de fraude. El jueves 24 de octubre, la Unión Europea se sumó al pedido de la OEA, para que Bolivia celebre una segunda vuelta electoral, con el fin de «restablecer la confianza en el proceso electoral considerado escasamente transparente»,31 aunque esto fue observado internacionalmente como intromisión,32 mientras tanto el Tribunal Supremo Electoral de Bolivia otorgaba el triunfo a Evo Morales, quien habría obtenido según la página electrónica oficial el 47,07 % de los sufragios, frente al 36,52 % de Carlos Mesa.33 El ministro boliviano de Justicia, Héctor Arce, y el ministro de Relaciones Electorales, Diego Pary, declararon ante la OEA que «las reglas de juego se habían cumplido», criticando a la OEA denunciando una falta de «ecuanimidad» al exigir una segunda vuelta sin haber realizado, previamente, las auditorías correspondientes y a la oposición por «subversión».35
El 10 de noviembre un informe preliminar de la Organización de Estados Americanos recomendó nuevas elecciones. Poco después el presidente Evo Morales anunció la celebración de nuevas elecciones generales con un órgano electoral renovado, pero la oposición y comités cívicos como el de Santa Cruz de la Sierra liderado por Luis Fernando Camacho y el líder cívico de Potosí, Marco Pumari, respondieron que la única salida era su renuncia.3738 La tensión fue aumentando en el país y en horas de la tarde comunicó que dejaba el poder. La dimisión del mandatario ocasionó además una cadena de renuncias de legisladores, ministros y autoridades regionales del partido oficialista.